252015Nov

Jarabe simple: elaboración y consideraciones galénicas

Son numerosas las formulaciones líquidas orales que llegan a nuestras farmacias para uso pediátrico, cuyo excipiente suele ser en muchos de los casos jarabe simple. El farmacéutico puede obtener el jarabe simple ya elaborado y listo para su uso a partir del proveedor de materias primas (en este caso incluirá conservantes) o lo puede elaborar él mismo. La fórmula del jarabe simple de la Farmacopea Española es la siguiente:

Sacarosa, 64 g
Agua purificada, 36 g
 

Forma de elaboración:

En un vaso de precipitados situar la sacarosa y el agua purificada. Agitar mediante un agitador magnético regulado a velocidad media hasta la completa disolución (al menos 30 minutos de agitación). Se obtiene una solución viscosa, límpida y transparente. No deben aparecer cristales sin disolver. Disolución a temperatura ambiente

Incorporación de activos:

1. Activos hidrosolubles: se disuelven en una mínima cantidad de agua y se adicionan al jarabe agitando hasta la completa disolución.

2. Activos insolubles pulverulentos: se pulverizan en un mortero y se adiciona el jarabe en muy pequeñas porciones, batiendo hasta homogeneidad tras cada adición. Se formará una suspensión. Dependiendo de la naturaleza fisicoquímica del principio activo, en algunas ocasiones puede hacer falta añadir algún dispersante o viscosizante para estabilizar la suspensión. En todos los casos será fundamental etiquetar: “Agitar antes de usar”

3. Activos líquidos hidrosolubles: se adicionan directamente sobre el jarabe agitando hasta la completa disolución.

4. Activos líquidos insolubles o poco hidrosolubles: se adicionan directamente sobre el jarabe formando una suspensión.

Consideraciones galénicas: 

– La disolución de la sacarosa debe realizarse en frío (generalmente a temperatura ambiente). Si se aumenta la temperatura para favorecer la disolución se corre el riesgo de que la sacarosa sufra inversión, produciéndose glucosa y fructosa. La glucosa puede cristalizar favoreciéndose la contaminación microbiana al bajar la presión osmótica.

– El aumento de temperatura también puede producir fenómenos de sobresaturación. Al enfriarse el jarabe puede producirse cierta cristalización de la sacarosa, disminuyendo la presión osmótica con el consiguiente riesgo de contaminación microbiana.

– Si se envasa un jarabe en caliente se pueden producir fenómenos de condensación en la parte interna del tapón. El vapor de agua se transforma en gotículas situándose en la superficie del jarabe, no distribuyéndose de forma regular en el seno del mismo debido a la alta viscosidad. Se forman zonas diluidas en la superficie con riesgo de contaminación microbiana al bajar la presión osmótica.

– Si los activos lo permiten, los jarabes deben envasarse en frasco cristal topacio. Deben estar limpios y secos, ya que indicios de humedad pueden producir fenómenos de fermentación.

– La turbidez de un jarabe al cabo del tiempo puede ser indicio de contaminación microbiana.

– Los conservantes más utilizados para los jarabes (dependerá también del activo) son los parabenos y el benzoato sódico. Aunque por su alta presión osmótica los jarabes resisten el crecimiento microbiano, pueden existir sobre todo hongos capaces de crecer en estos medios.

Proceso de disolución de la sacarosa en el agua purificada empleando un agitador magnético

Proceso de disolución de la sacarosa en el agua purificada empleando un agitador magnético



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